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Estar en tu sitio

Carmen Fiestas , 09-06-2013.     Artículo en PDF

Estar en tu sitio es necesario para manejar adecuadamente las riendas de tu vida, obtener resultados extraordinarios y satisfacción personal.

 

 

Hay términos o expresiones que proceden de corrientes de pensamiento psicológico que han trascendido su ámbito de aplicación y que ahora son conocidas y utilizadas en el ámbito empresarial y por las personas en general, como por ejemplo el término empatía. Muchas veces, sorprende también que no se utilice adecuadamente en su significado, formando parte de lo que se llama psicología popular.

Se da mucho valor a que las personas tengan y/o desarrollen su capacidad de empatía, el ser capaces de ponerse en el lugar del otro, vivenciar sus sentimientos o emociones, pues esto favorece la comprensión del otro o el entendimiento de cómo éste toma sus decisiones. Escuchar a los demás y entender sus motivaciones o sus problemas. Hoy en día, la empatía es considerada una de las habilidades fundamentales para liderar equipos de trabajo, para trabajar cara al público o al servicio de este, también otorga la ventaja de poder anticiparse a los acontecimientos debido a la previsibilidad que comporta conocer el comportamiento o sentimientos de los demás; por ello normalmente las personas con empatía obtienen un alto reconocimiento social y popularidad.

Sin embargo, menos popular pero no menos importante y valiosa es la capacidad de saber estar en el sitio que nos corresponde. Si la empatía es saber ponerse en el lugar del otro, no existe un término para referirse a estar en el sitio de uno mismo. La gran complejidad social a la que hemos llegado, que implica una gran delegación de responsabilidades y poder hacia otras instancias o personas, conlleva a que otros tomen decisiones por nosotros que afectan a nuestra vida, fomentando una menor responsabilidad personal. Por este motivo es conveniente que las personas asuman la responsabilidad sobre sus vidas (autorresponsabilidad) que implica estar en nuestro sitio, no dejando que otros lo invadan.

Existe el refrán popular de que “el tiempo pone las cosas en su sitio”. Mi artículo tiene la intención de que seas tú el que te pongas en tu sitio, de que pongas en práctica la coherencia entre lo que quieres o valoras y lo que haces para conseguirlo.

Ponerse en el sitio de uno tiene que ver con la capacidad de que otros no nos saquen de nuestro sitio, de que no nos manipulen o manejen. A veces lo precipitado de una situación nos hace actuar sin reflexión y de forma errónea. Otras veces, creemos tener miedo a decir o hacer lo que pensamos por temor a perder una relación, o por temor al tipo de respuesta de otra persona, por su agresividad, por su dominio o por creer que le decepcionamos. Podemos responder mediante una comunicación verbal o actuar, pero la cuestión es si lo que yo haga con ello me separa de mis valores, si me deja en una posición de inferioridad, si va en menoscabo de mis derechos fundamentales. A veces, no basta con ser asertivo (conocer los propios derechos y defenderlos respetando a los demás), además es necesario tener suficiente información y análisis de la situación.

Dentro de las relaciones interpersonales que mantengamos es necesario conocer que aspectos en general mejoran dichas relaciones, cuales las empeoran o las hacen perjudiciales para nosotros si no somos capaces de reconducirlas. En primer lugar información suficiente acerca de qué valores realmente son importantes para nosotros por un lado y, por otro, evaluar qué se quiere exactamente de nosotros y qué queremos nosotros de los demás.

Poner límites en las relaciones es favorable porque crea el contexto que permite donde la misma se puede desarrollar. Estar en tu sitio, mantenerte en los valores que haces propios, favorece el respeto de los demás, también marca el límite de las relaciones, te hace sentirte bien contigo mismo y genera justicia. No estar en tu sitio te debilita, te pone en situación de inferioridad. Desde ese punto, no puedes ser justo ni contigo ni con los demás.

Muchas personas cuando quieren conseguir algo de nosotros acuden a diversas tácticas de influencia o chantajes emocionales, otras veces nos proponen directamente las cosas, sin ambages. La cuestión es qué decisiones tomamos con respecto a lo que otros nos proponen, con respecto a una situación concreta que tenga que ver con nosotros y como respondemos a ello.

Saber estar en el sitio también es importante a nivel colectivo. Dentro de una empresa, consiste en evaluar costes de todo tipo (materiales y humanos) frente a beneficios (materiales y humanos). Aprovechar las ventajas competitivas, llevar a cabo sus planes corporativos. Para los empleados, ser productivos obteniendo el trato de respeto y la retribución asignada, realizar las tareas que forman parte de las funciones relacionadas con el puesto de trabajo.

Estar en el sitio tiene que ver con la autorresponsabilidad. En el ámbito profesional esto implica valorar las perspectivas y consecuencias de nuestra actividad, la de nuestros compañeros, la de nuestra empresa, la de nuestro sector de actividad económica, así como la repercusión en nuestros stakeholders (accionistas, clientes, proveedores, etc.) y en la sociedad en su conjunto.

Recuerdo una anécdota de mis primeros trabajos como secretaria en el que preparar el café casi todas las mañanas e invitar a mis compañeros, condujo a que una mañana uno de ellos me exigiera tener el café preparado. Le respondí que se lo hiciera él. El trató de convertir mi generosidad en una obligación. Al intentar posicionarse sobre mí, él estaba saliéndose de su sitio a la vez que quería sacarme del mío. Intentó asignarse un poder que no tenía. Por este motivo, yo le respondí de esa forma poniéndole en su sitio y no dejando que se apoderara del mío. Días después, fue mi compañero el que hizo el café y me invitó. Y a partir de ahí, la tarea de hacer café pasó a ser una tarea que todos realizábamos.

Esta interacción forma parte de uno de los aspectos más importantes en cualquier tipo de relaciones, incluidas las profesionales, que consiste en la negociación del poder de cada uno y del sitio que ocupa. Cuando estamos en nuestro sitio conseguimos que los demás estén en el suyo o, al menos, que no ocupen nuestro espacio, decidan por nosotros, asuman nuestras responsabilidades, nos perjudiquen, abusen o creen una falsa imagen de nosotros.

Todas estas características hacen que las personas que no están en su lugar sean poco productivas en su tarea y en sus relaciones empresariales, propician las luchas de poder, y desde mi opinión profesional, lo que hoy se llamaría comúnmente tener baja autoestima, para mi deriva, entre otras cosas, de no estar en tu sitio, ya que no estarlo está directamente relacionado con el autoconcepto.

La capacidad para estar en tu sitio forma parte de las cualidades que Nuevo Management considera valiosas.

 


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