Inicio Persona Empresa Sociedad Actividades Noticias Nosotros

¿El triunfo de la mediocridad?

Javier Marzal, 10-10-2014.       Artículo en PDF

Son muy bajas las expectativas de la mayoría respecto de aquellos que nos proporcionan algún tipo de idea, conocimiento o servicio, y esto sólo puede ser el resultado del triunfo de la mediocridad.

 

Recuerdo una conversación con el Presidente de una empresa del IBEX 35, en la que me dijo que el mayor problema empresarial español consiste en la abundancia de la mediocridad entre los empresarios profesionales. Esta afirmación parece que no es sostenible porque, lógicamente, en España existe la competencia y, por tanto, deberían llegar a empresarios sólo los directivos más capacitados y ascender a directivos los trabajadores más destacados.

Aunque desde la perspectiva del pensamiento tradicional ese sería el razonamiento lógico, una cosa distinta es desde la perspectiva del pensamiento contemporáneo, es decir, desde el pensamiento sistémico que tiene en la multidimensionalidad uno de sus principales factores. Una multidimensionalidad que hace que la mayoría de las afirmaciones sean ciertas aunque restringidas sólo a algunos aspectos del hecho calificado aunque, la afirmación contraria sea, globalmente, más acertada.

Por otro lado, los empresarios que triunfan, en cualquier mercado, son aquellos que se adaptan al funcionamiento del mismo, a su idiosincrasia. En este sentido, cabe destacar que el mercado español deriva de la cultura española, es decir, dogmático, cerrado y conservador; por tanto, el mercado está dominado por la publicidad televisiva, la inercia, el amiguismo y el enchufismo. En este escenario, la mayoría de los empresarios que triunfan son aquellos que mejor comprenden y, utilizan en su beneficio, estos cuatro factores de éxito.

España es un país de mediocres donde se aceptan productos (bienes y servicios) de baja calidad, proporcionados con condiciones abusivas. Lo mismo cabe decir de los dirigentes empresariales que aceptan trabajadores poco productivos y de éstos que aceptan jefes que no tampoco están orientados a aumentar la productividad. Un país donde los dirigentes empresariales y los trabajadores no tienen interés por el trabajo que realizan, por garantizar el mejor producto aprovechando las crecientes posibilidades que la tecnología proporciona. En definitiva, un país de egoístas con una baja conciencia social, con una baja orientación al trabajo y al servicio del progreso colectivo.

Pero el triunfo de la mediocridad sólo puede ser el resultado de una sociedad decadente como las actuales, fruto del final de la Era industrial y de la transición hacia la nueva Era de la información. El fin del modelo social, de sus supuestos básicos, comprensiones, valores, estructuras, poderes, instituciones, organizaciones, relaciones, prácticas, expectativas, motivaciones; en definitiva, un cambio de conciencia de orden social que, por primera vez en la historia, se está realizando a escala mundial.

Por ello, en una época donde la población quiere cambios sustanciales, por un rechazo visceral hacia la injusticia existente y, por otro lado, con la innovación y competencia internacional derivadas de la globalización, el tipo tradicional de empresario español exitoso está reduciendo sus posibilidades, salvo en los sectores altamente regulados o intervenidos por los gobernantes políticos, donde la corrupción y el abuso hacia el cliente son los factores de éxito.

El modelo de empresario, de directivo y de trabajador tradicional español tiene que cambiar para adaptarse a las nuevas exigencias orientadas al progreso colectivo.

El pensamiento sistémico, la multidimensionalidad, el cambio sustancial o radical, la justicia social, la orientación al progreso colectivo, la calidad de servicio, la sostenibilidad, la innovación, son principios de la Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no conspirativo) y del Nuevo Management; es decir, de los modelos de la actual Era de la información.

© 2007-actualidad Carmen Fiestas  - nm@nuevomanagement.com