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Aprender a aprender

Javier Marzal, 08-03-2014.       Artículo en PDF

El dinamismo de la actual Era de la información, hace que aprender sea una de las competencias fundamentales.

 

 

 

En 2005 la UNESCO publicó el informe “Hacia las sociedades del conocimiento” que incluía el siguiente contenido:

Desde los trabajos realizados por Robert Hutchins (1968) y Torsten Husén (1974), la expresión “sociedad del aprendizaje” (learning society) se refiere a un nuevo tipo de sociedad en la que la adquisición de los conocimientos no está confinada en las instituciones educativas (en el espacio), ni se limita a la formación inicial (en el tiempo). En un mundo cada vez más complejo en el que todo individuo puede verse obligado a ejercer varias profesiones en el transcurso de su existencia, es indispensable seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida. Al tiempo que se arraigaba la noción de sociedad del aprendizaje, Peter Drucker (1969) diagnosticó la aparición de una sociedad del conocimiento (knowledge society) en la que lo más importante es “aprender a aprender”. Esta nueva concepción de la educación se expuso casi simultáneamente en el Informe Faure en 1972, donde se decía que “la educación ha dejado de ser el privilegio de una elite y de estar vinculada a una determinada edad; tiende a ser coextensiva a la vez con la totalidad de la comunidad y con la duración de la existencia del individuo”.

El crecimiento personal y el crecimiento profesional se basan, precisamente, en seguir aprendiendo. Se crece cuando ya dominamos suficientemente un asunto y  nos adentramos en otros que están relacionados con el anterior, en términos empresariales diríamos en procesos conexos, siendo expansivos. De esta forma buscamos contextos cada vez más amplios y más interdisciplinarios como forma de aumentar nuestras capacidades, nuestros conocimientos, nuestros retos, nuestras contribuciones y nuestros logros.

Hace más de dos mil años, el romano Cicerón afirmó “Los hombres son como los vinos: La edad agría los malos y mejora los buenos”. Es cierto que las personas que siguen aprendiendo a lo largo de su vida, tienden a mejorar como personas y como profesionales, mientras que quienes rechazan el aprendizaje tienden a empeorar como personas y como profesionales. Precisamente por ello, a finales del siglo 20 las empresas despedían a los mayores, teniendo esta consideración personas cada vez con una menor edad.

El concepto de “aprender a aprender” enlaza con otra máxima milenaria que afirma que la vida interior es lo más importante en la vida de las personas. En la actualidad, la vida interior se comprende como vida intelectual aunque para algunos sea, además, vida espiritual. Puede considerarse que esta sentencia promueve el egocentrismo y que es contraria a la responsabilidad social.

¿Qué tenemos que aprender?

Principalmente, tenemos que aprender a aumentar nuestra perspectiva, a ampliar los contextos sobre los que actuamos, tanto intelectual como profesionalmente. Nuestra actividad cerebral debe disminuir nuestros ámbitos concretos para pensar con mayores grados de abstracción, de forma que evitemos las limitaciones propias de los conocimientos concretos que tienden a la obsolescencia.

La mayoría de las personas no ha creado el hábito de aprender a aprender y sí ha creado hábitos de no intentar hacer aquello que nunca se ha hecho, creando autolimitaciones. En el ámbito profesional es habitual que los trabajadores se nieguen a hacer algo porque no están entrenados. Es habitual que cuando le pides a una persona que realice una actividad, ésta afirme que no sabe hacerlo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, una persona competente es capaz de aprender lo que necesita para hacer la mayoría de las cosas, incluyendo buscar el apoyo de las personas con los conocimientos específicos necesarios para realizar la actividad. Lógicamente en un mundo dinámico, aprender a aprender es el saber más importante porque los trabajadores del conocimiento están, constantemente haciendo cosas nuevas, para lo que tienen que desarrollar estrategias y metodologías cognitivas para aprender a aprender que conlleva un primer análisis suficientemente correcto de la información, conocimientos y recursos necesarios para realizar el proceso en cuestión, después, en base a esa información, plantear las posibilidades o escenarios para decidir la forma de proceder e implicar a las personas necesarias para llevarlo a cabo.

El problema mundial del desempleo se debe a la falta generalizada de la competencia de aprender a aprender que algunos empresarios no encuentren cómo satisfacer sus deseos de emprender y que los trabajadores estén obsoletos y no sirvan para realizar nuevos trabajos.

Aprender a aprender, el autoservicio, el aprendizaje autodidacta y la autonomía interdependiente, son principios de la Nueva Conciencia, del Nuevo Orden Mundial (no conspirativo) y del Nuevo Management; es decir, de los modelos de la actual Era de la información. 

© 2007-actualidad Carmen Fiestas  - nm@nuevomanagement.com