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¿Sirve la intuición para tomar decisiones?

Javier Marzal, 10-10-2009.       Artículo en PDF

Probablemente como consecuencia del interés despertado por las emociones a partir de 1996, durante los últimos años algunos autores están proponiendo utilizar la intuición para tomar decisiones empresariales. Pero ¿qué es la intuición?

Una gran parte de las definiciones de la comunidad científica sobre la intuición coinciden en afirmar que son procesos subconscientes de los que sólo somos conscientes del resultado o conclusión. En algunos casos son fruto de percepciones subconscientes.

Se han realizado numerosos estudios relacionados con la intuición y la denominada percepción extrasensorial, incluso varios por la comunidad científica; sin embargo, creo que no eran suficientemente objetivos, unos por orientarse a demostrar que no existen y otros por lo contrario, han partido de prejuicios condicionando los métodos utilizados. Sí se ha demostrado que la astrología no funciona. Incluso hay varias instituciones estadounidenses que ofrecen un premio de hasta un millón de dólares a quien demuestre su percepción extrasensorial, sometiéndose a unas pruebas determinadas.

Se llama psíquico (popularmente perceptivo) a las personas que perciben información sin utilizar los sentidos tradicionales. Esta percepción extrasensorial, suele centrarse en sucesos que acontecen en otros lugares o momentos, aspectos sobre otras personas y comunicaciones con otros, incluso muertos. La parapsicología trata estos asuntos que han sido rechazados por la comunidad científica.

Algunas personas que creen en la intuición (denominado popularmente sexto sentido), sostienen que es más fiable que las decisiones conscientes porque éstas pueden estar basadas en información falsa o en interpretaciones lógicas incorrectas, a veces debido a los propios prejuicios. Sin embargo, otras personas intuitivas sostienen lo contrario, porque no siempre aciertan con sus intuiciones, a menudo porque son sensaciones difusas que no saben concretar. Tal vez dependa del ámbito de aplicación.

Suele relacionarse la intuición con impulsos emocionales y espirituales, también es habitual hablar de la intuición femenina. A veces se confunde con la empatía, con la capacidad de comprender emocionalmente a otras personas. Otras veces se dice que es una capacidad de relacionar información con experiencias pasadas de una forma inconsciente e irracional, pero ambas, probablemente, no sean del todo ciertas, al menos en algunos casos.

Es habitual que las personas intuitivas especialicen su percepción inconsciente en los aspectos que consideran más relevantes; por ejemplo, un ligón en la receptividad sexual de los demás, otros en captar quién es “bueno” o “malo”, bien o mal educado, el éxito o fracaso económico o profesional, etc.

Suele confundirse la intuición con la falta de conocimiento y práctica para sistematizar el proceso de toma de decisiones, tanto en la elección y búsqueda de información, como de alternativas, hasta llegar a la decisión. Esta falta de práctica y, tal vez, una visión mágica de las cosas, pueden hacer que las personas sean poco conscientes de los argumentos utilizados para la toma de decisión, incluyendo crear una sensación sobre algo.

Es habitual que los emprendedores empresariales que han alcanzado reconocimiento suelan decir que la mayoría de sus decisiones han sido basadas en la intuición porque desconocían y, por tanto, no utilizaron las herramientas y técnicas empresariales habituales, como la realización de estudios de mercado estructurados. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario, porque sí disponían de la información correcta sobre su mercado y para tomar las decisiones adecuadas. Incluso se asocia la intuición con la creatividad. Recientemente ha aparecido un publicitado libro empresarial sobre la intuición estratégica.

La inspiración también puede relacionarse con la intuición. Es habitual decir acabo de tener una idea, en referencia a que en ese momento hemos sido conscientes de algo que nos parece relevante. También decimos que vamos a consultarlo con la almohada. Cuando los asuntos tienen una cierta complejidad o carga emocional, necesitamos combinar el trabajo consciente con el subconsciente, tanto para la búsqueda de información, argumentos y contextualización, como para tomar decisiones. A veces, no entendemos la forma en que se expresa el subconsciente.

En resumen, es probable que recibamos información por canales diferentes de los cinco sentidos tradicionales, también que ésta se combine con nuestro conocimiento previo, creando argumentos de los que podemos no ser suficientemente conscientes, llegando a tener información útil. Pero, no parece razonable que la intuición pueda ser tomada como un instrumento habitual para la toma de decisiones empresariales, aunque pueda inclinar la balanza hacia unos argumentos o alternativas y otras, como un elemento más del proceso racional. La intuición puede ser un complemento a la razón, pero no su sustituto. Por otro lado, en las grandes organizaciones es poco frecuente que decidan personas que no comprendan y sepan utilizar correctamente el proceso de toma de decisiones.

Basándome en los resultados de mis investigaciones con más de un centenar de personas, concluyo que si las intuitivas aprendieran a aumentar su autoconciencia, potenciarían su percepción y, en su caso, disminuirían la ambigüedad de sus intuiciones.

 


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