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Corrupción ¿Causa o efecto?

Carmen Fiestas , 09-11-2014.     Artículo en PDF

Si el concimiento, la ciencia, la tecnología y el compromiso social son vectores que impulsan el progreso, la corrupción de los gobiernos, el egocentrismo y la ignorancia son vectores que impulsan la decandencia y actúan en contra del progreso.

 

En plena Era de la información seguimos arrastrando comportamientos y estructuras de Eras anteriores que se resisten a desaparecer. Existe esta resistencia no solamente por la necesidad de revisar las creencias y patrones que la sustentan, individuales y colectivos, sino también porque el poder que se deposita en manos de una minoría seguramente ha sido excesivo y poco controlable por la mayoría, permitiendo que la corrupción domine y destruya la finalidad del sistema para el cuál fue concebido.

Hay sistemas y culturas que se tienen que adecuar al siglo 21, sobretodo, aquellas organizaciones de utilidad o al servicio de la sociedad. Nuestro planeta alberga grandes diferencias no solamente culturales, sino también sociales y económicas. La Ciencia y la Tecnología van por delante en muchos países contrastando con la usurpación de los derechos e intereses de la sociedad de muchos otros debido a la corrupción. La globalización debería servir para limar estas diferencias entre países al tener intereses más cercanos y compartidos gracias a las posibilidades que nos ofrecen las comunicaciones y la información.

En esta Era de la información el cambio frente a Eras anteriores precisamente es que el protagonismo de la activación social y el progreso parte de sus individuos y no de sus sistemas de poder. La idea de que la sociedad está al servicio de sus gobernantes debe cambiar por la de que son las organizaciones quienes están al servicio de la sociedad. Mientras no se conciba plenamente esta idea se deberían establecer suficientes organizaciones civiles que permitan el control de la actividad de los gobiernos. Afortunadamente, cada vez existen más asociaciones civiles que trabajan para que la sociedad sea más justa.

Pero todavía quedan búnkers donde residen aquellos que tienen intereses ilegítimos versus los intereses alineados de las personas, empresas y sociedad. Ahí, en esos bunkers, está la corrupción. El que ciertos individuos que representan una sociedad se permitan hacer uso del poder concedido para beneficiarse ellos u otros que no son del interés del público. Ni siquiera está correctamente delimitada la frontera entre lo que es público y lo que es privado.  Estos búnkers están bien protegidos por leyes y estamentos que les amparan para que sigan subsistiendo. También la existencia de ciertas condiciones culturales fomenta la permanencia de la corrupción: la excesiva tolerancia hacia la ilegalidad y hacia el gusto por los privilegios, la normalidad en usar la mentira como pretexto, falta de solidaridad o de actitudes proactivas sociales, la valoración del individuo desde su economía y no desde su conocimiento, falta de autorresponsabilidad y escaso conocimiento psicosocial, entre otros.

Depende de cada uno de nosotros comprender que tenemos la responsabilidad no sólo de cuidar de nosotros mismos y tomar las riendas de nuestras vidas, sino también de cuidar de nuestra sociedad saneándola de la podredumbre que genera la corrupción. La corrupción nos hace mucho daño, no sólo a nivel económico. Nos daña porque no se respetan nuestros derechos como ciudadanos, contribuyentes no, constructores es ahora la palabra adecuada, de la sociedad, nos daña porque es un abuso institucionalizado y nos aleja del progreso y el desarrollo.

Hoy ya sabemos que la causa de la crisis ha sido la corrupción y también sabemos que la corrupción es el efecto de aquellos sistemas que fueron creados desde el privilegio para unos pocos que tenían el poder de todos los demás. La corrupción determina la decadencia de un sistema injusto. Y es que la corrupción alberga diversos tipos de delito: extorsión, soborno, fraude, tráfico de influencias, peculado, colusiones, malas prácticas o falta de ética profesional; lo peor, es que el mismo sistema judicial pone trabas para aplicar la ley, aventajando al delincuente al que se le permite mentir y por lo tanto, no atendiendo el interés de la sociedad. Actualmente, hacer una denuncia va a ser como comprar un décimo de lotería, igual tienes suerte y te toca un juzgado que aplica bien la ley o que es operativo.

Es dudoso que en las democracias representativas los gobernantes representen a los gobernados. Lógicamente, cuando la seña principal de identidad de los políticos es la corrupción, el sistema está deslegitimado porque los gobernantes dejan de representar a los gobernados y representan los privilegios ilegítimos de ellos mismos, en lugar de representar el interés general.

En todos los ámbitos se afirma que la falta de solución a los problemas del mundo deriva de la corrupción política, igualmente existe consenso en que las organizaciones internacionales (empresas, ONG’s y organismos) forman parte de la solución a los problemas del mundo.

Nuevo Management también forma parte de la solución de los problemas del mundo, mediante la reconceptualización de la gestión y funcionamiento de las organizaciones (públicas y privadas), alineando los intereses personales con los intereses de la propia organización y de las sociedades donde operan, que conlleva un cambio de conciencia y de conducta personal.


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