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De víctima a conquistadora

Carmen Fiestas , 10-10-2014.     Artículo en PDF

Una situación de quiebre nos puede convertir en víctimas, pero también tomarlo como desafio puede convertirnos en personas conquistadoras.

 

 

Muchas veces el acontecer de situaciones inesperadas suponen un gran quiebre de nuestra comodidad, de nuestra inercia. Si esas situaciones producen un daño, físico, moral o material, la persona que las sufre es una víctima. Cuando se simula un daño o se hace responsable erróneamente al entorno o a otros de nuestras situaciones estamos hablando de victimismo, que es el disfraz que utilizan algunas personas para excusar su irresponsabilidad. Aun siendo víctimas de los acontecimientos, podemos caer en el victimismo con la finalidad de obtener un beneficio extra a la situación.

¿Qué beneficios obtiene una víctima al mantener la acción o sujeto que le perjudica? Mi pregunta no es una contradicción, pues muchas veces se mantienen las situaciones perjudiciales por diversos motivos. Entre otros estarían:

·         Tener la creencia de que aguantando la situación evito un daño mayor. No saber cómo hacer frente al miedo a reclamar lo propio, estar intimidado, no saber a quién acudir para resolverlo, creer que otros pensarán mal de uno mismo por tolerar la situación, tener limitaciones físicas o psíquicas u otras dependencias que menoscaban las posibilidades de la víctima.

·         Tener la creencia de que siendo víctima voy a conseguir mayor afecto. Muchas personas fingen lesiones o enfermedades para llamar la atención de sus seres queridos.

·         Tener la creencia de que siendo víctima puedo mantener otro tipo de beneficios relacionados con el no tener que tomar la iniciativa, o responsabilidades que ya toman otros por ella. En el caso de parejas con dependencia emocional, o con roles muy marcados a nivel de género, el soportar ciertos daños se debe a la conveniencia de no ocuparse del rol del otro. Dichos roles pudieron ser o no convenidos por la relación.

Ayer, viendo un reportaje autobiográfico de Stephen Hawkins, un genio físico en la actualidad que se ha sobrepuesto a su  incapacidad física producida por una  enfermedad neurodegenerativa llamada coloquialmente como enfermedad de la motoneurona, encontré algunos aspectos interesantes que vienen a colación con el tema de este artículo. Este reportaje, a diferencia de otros que ya he visto o leído, trata con realismo las situaciones que ha vivido esta persona y su entorno. Desmitificando a este físico, él mismo reconoce que atravesó una etapa de su vida en la que no veía qué hacer, con un estado de ánimo triste y deprimido, cuando supo que su esperanza de vida era corta según la medicina. Permaneció meses encerrado en una habitación, solamente escuchando música de Warner y pensando más en la cercanía de la muerte que en su vida. Sus seres cercanos también padecieron las consecuencias de ello. ¿Qué sucedió para que Stephen Hawkins saliera de ese estado?

Sucedieron varias cosas, importantes todas ellas. Gracias a su estado depresivo y triste se pudo hacer muchos cuestionamientos acerca de cuestiones vitales, que de otro modo no se hubiera planteado. Otra cuestión fue enamorarse de alguien que le ayudó a ver su enfermedad como un desafío a la naturaleza de su enfermedad y que le acompañaría en ese proceso. El tercer aspecto, no menos importante por ello que los anteriores, fue que decidió hacer algo que tenía pensado hacer antes de saber qué enfermedad tenía,  y era acabar su doctorado. Dice Hawkins que el realizar esa actividad que le requería una dedicación intelectual importante por primera vez desde que empezara a estudiar, fue la clave para darse cuenta de que le gustaba trabajar en ello, ya que anteriormente no tuvo que hacerlo ni esforzarse en sus estudios.

Estas tres cosas que le sucedieron le centraron en otra cosa distinta a su enfermedad. Su enfermedad dejó de ser la primera cuestión y única en un momento dado en su vida.

El primer aspecto, su estado depresivo, que yo lo observo como beneficioso, se  debe a ese carácter cuestionador que tiene un estado de ánimo bajo. Porque en esa situación planteamos las peores posibilidades y aunque es un sesgo que nos hace ver las cosas de una manera parcial,  eso nos puede ayudar a ser realistas y a plantearnos todas las posibilidades, no solo las positivas y optimistas que también sería tener una visión sesgada de la realidad. Cuestionar nuestras creencias nos abre al mundo de las posibilidades. Nuestras creencias pueden ser un límite a nuestro potencial, pero también cambiarlas pueden conducir a que lo desarrollemos.

Podemos creer que no siempre podemos contar con personas que nos ayuden cuando lo necesitamos, pero podemos sorprendernos también de que sí las hay y, generalmente, esas personas se ofrecen voluntariamente a hacerlo. No demos por hecho que nadie nos va a ayudar.

El tercer aspecto, tiene que ver con encontrar una motivación que le hizo estar intelectualmente activo. Las motivaciones siempre nos van a dar satisfacción cuando son intrínsecas, cuando aquello que nos motiva parte del deseo propio a realizar las acciones que decidimos por y para nosotros mismos. Cabe distinguir que primero tomó la decisión de hacer algo, antes de saber que ese algo le iba a motivar. Este aspecto es clave y muy difícil para algunas personas, pues cuando llega esa situación que rompe con nuestros planes y las motivaciones que antes teníamos ya no las podemos seguir teniendo, podemos pensar que si existieran otras motivaciones ya las hubiéramos conocido y aún permanecerían en nosotros.

Mi artículo de hoy va dirigido a las personas y también a las empresas.

Muchas empresas no encuentran aliados a su idea de negocio, por lo que algunas no llegan a nacer como empresa. Otras veces, las empresas caen en números rojos, no están funcionando, no generan los medios que requieren para su funcionamiento. Otras veces, el negocio ya no se adapta a la actualidad del mercado, cada vez más exigente, y su empresa queda desfasada.

A todas estas personas y empresas que son víctimas de un suceso que quiebra su inercia, les dedico mi artículo de hoy, para que sean pacientes en la primera etapa de su proceso, para que vivan el duelo de aquello que han perdido de momento y sobretodo, para que se cuestionen aún más si cabe las cosas. En la segunda etapa, que busquen ayuda para orientarse a personas de su confianza, a profesionales que ofrecen estos servicios y que tengan cerca a quienes van a apoyarles, que muchas veces no hay que buscarlas porque ya están cerca, en el mismo entorno. Para la tercera etapa mencionada: ¡Descúbranse! Descúbranse a sí mismos, atrévanse en su empresa a hacer algo diferente a lo que están acostumbrados, sólo de esa manera pondrán la vista en su innovación y no en la pesadumbre de lo que ya no les puede servir.

Nuevo Management impulsa la revisión y cuestionamiento de las creencias para desarrollar nuestro potencial, donde personas, empresas y sociedad participen siendo actores del cambio, y no víctimas del mismo, alineando sus intereses en base a las oportunidades y exigencias de la actual Era de la información. 

 

 


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