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Mi experiencia con el talento

Carmen Fiestas, 10-1-2009.          Artículo en PDF

En esta ocasión voy a dedicar mi artículo a Javier Marzal Mercader y a mi experiencia durante el intenso semestre que duró el trabajo de escribir “El libro del talento” (2008), en el cual colaboré ininterrumpidamente desde el principio hasta el final.

Me complace publicar este artículo, porque el próximo 17 de Febrero en Madrid va a tener lugar el seminario Talent Vision, donde Javier Marzal presentará su obra por primera vez. Acudirán personalidades de las instituciones empresariales y directivas, así como de grandes empresas, asociaciones de superdotados y personas de alta capacidad, entre otros, por ser un evento de gran relevancia. Se ha de considerar este valioso acto como una gran aportación a un tema tan importante, que desde hace años está en boca de todos sin que nadie diga nada útil. Sin embargo, disponer de un paradigma científico proporciona un punto de partida para tratar y gestionar correctamente un asunto: el talento, ni más ni menos, que es la base de la productividad y del progreso, tanto individual como colectivo.

Conozco a Javier desde hace unos años y hemos compartido muchas horas y proyectos de trabajo. Profesionalmente, puedo emitir una opinión fundamentada sobre él y su propuesta.

Cuando le conocí, me llamó la atención su aspecto más intelectual. Su amplia visión sobre el mundo tan acertada, que en muchos casos me ha servido para componer la mía. Es una persona profunda, emprendedora, innovadora, que ha llegado a comprender de forma sistémica todo aquello que interviene en que las cosas sean como hoy son, yendo más allá y sabiendo con precisión las causas y efectos de los aspectos más trascendentes del ser humano, la sociedad y el mundo empresarial. Me doy cuenta de cómo ha cambiado mi concepto sobre los intelectuales en general. Con Javier he comprendido que no es posible ser intelectual sin ser emprendedor e innovador; cosa bien distinta son los eruditos y los charlatanes, que ahora distingo perfectamente.

Ambos coincidimos en que nuestra mutua colaboración nos complementaba ya que, en mi caso, mi propuesta profesional quería hacer llegar al mundo empresarial una eficaz manera  de preparación de los directivos, centrada en los aspectos mentales y autolimitaciones que inciden en su eficiencia y satisfacción (compatibilizando este proyecto con mis conocimientos sobre el funcionamiento y entresijos de la mente humana). Realmente, nuestra experiencia como ex directivos y nuestro continuo estudio y reflexión, tanto  conjunta como individual, nos han dado las claves de eficiencia, eficacia y efectividad que los profesionales y las organizaciones necesitan en el actual contexto de cambio.

Escribir este libro del talento, ha sido la consecuencia lógica,  que él muy bien ha sabido detectar, que resume una gran parte del estudio realizado. Los meses de trabajo fueron arduos, por la consistencia y profundidad del análisis mental que se ha realizado. A pesar de que Javier busca fundamentos en la Ciencia, para este trabajo se ha encontrado que éstos no eran suficientes o no estaban completados para explicar algunas características del funcionamiento mental que requería el paradigma del talento.

Tuve que realizar un gran esfuerzo para ayudar en la elaboración de la mencionada obra, ya que ello me obligó a revisar en paralelo las comprensiones propias, que inicialmente no eran coincidentes en su totalidad y de las que ninguno de los dos teníamos referencias, puesto que no se había escrito nada coherente en relación al talento. Además, tengo que decir que Javier trabaja a un ritmo e intensidad muy altos, aunque,  generalmente, de mí opinan que tengo gran capacidad y agilidad mental.

Ha sido para mi una singular y valiosa experiencia por todo lo que me ha aportado tanto personal como profesionalmente, en la práctica de los procesos de cambio que realizo con personas. Por este motivo, porque tengo hechos que avalan este trabajo con resultados extraordinarios, me atrevo a decir que confío en que esta obra será la impulsora tanto de nuevos estudios complementarios sobre el talento, como de nuevas prácticas de gestión del potencial de talento. Como sucediera con Freud en la Psicología y con Peter Drucker en el Management.

“El libro del talento” requiere una lectura reflexionada para que se pueda aprovechar lo máximo posible. El tema es complejo, es un enfoque nuevo del que no existen referencias. Pero recomiendo a todo aquel que consiga un ejemplar que lo “trabaje” mentalmente, que se abra a las nuevas posibilidades que se abren camino tras su lectura, porque el libro precisamente no es dogmático pero su reflexión nos aproxima a tener una mayor comprensión y visión de nuestra mente, de nuestras relaciones y, principalmente, de cómo empezar a promover y a construir talento, el propio y el ajeno.

Las empresas, de una vez por todas, pueden empezar a gestionar adecuadamente el talento, por eso, la cita del próximo febrero al seminario Talent Vision no pueden perdérsela.


© 2007-actualidad Carmen Fiestas y Javier Marzal - nm@nuevomanagement.com